En una sociedad que busca cada vez más salvaguardar el medio ambiente mediante un consumo más reflexivo, parece que las compresas y los tampones han llegado a su fin. ¿Qué alternativas más respetuosas con el medio ambiente están a disposición de los consumidores?

¿Por qué decir adiós a los tampones y compresas tradicionales?

Las estadísticas han demostrado que la mujer media utiliza 10.000 tampones en su vida. Y esta cifra aún no tiene en cuenta las compresas y los salvaslipses. A largo plazo, es una cifra que puede ser bastante significativa, por no mencionar el impacto que pueden tener en el medio ambiente y los efectos secundarios que pueden tener en la salud. Las compresas y los tampones entran en contacto directo con la piel, y los fabricantes no siempre están obligados a indicar los ingredientes utilizados en su fabricación. Sin embargo, hay algunas sustancias químicas (plástico, fibras sintéticas, dioxinas y aditivos petroquímicos). En los últimos años han vuelto los tampones lavables que, aunque a primera vista son más caros que los desechables, a largo plazo son más económicos porque duran más. Además, son más suaves y no suponen ningún riesgo para la salud.

Una alternativa a los tampones: la copa menstrual

La copa menstrual es una copa de goma o silicona disponible en el mercado para las mujeres. Se utiliza durante la menstruación como alternativa a los tampones. La idea es introducirlo en la vagina, donde recogerá la sangre. Una vez lleno, su contenido debe ser evacuado al inodoro y la taza debe ser enjuagada. Lo habrás entendido, el corte menstrual tiene la ventaja de ser reutilizable y por tanto más económico. Generalmente se vende con una guía de uso, pero se aconseja esforzarse en insertarla antes de las reglas y utilizar una toalla sanitaria en más a la hora de las primeras pruebas. Además, es mucho más cómodo y se adapta a la temperatura corporal, por lo que se olvida de que lo lleva puesto.

Una alternativa a las compresas tradicionales: las compresas reutilizables

Las compresas reutilizables son toallas higiénicas de algodón compuestas por varias capas de tejido. No contienen plástico y pueden lavarse y reutilizarse varias veces. Funcionan igual que las compresas tradicionales: duran entre cuatro y cinco horas, tienen dos pequeños botones que permiten sujetarlas a las bragas y pueden contener perfectamente el flujo menstrual. Además de estas numerosas ventajas, no crean fricción contra la piel y no dañan el medio ambiente. Es aconsejable lavarlos y enjuagarlos bien después de cada uso.